“La autentica valentía reside en ser
independiente”
Siempre ha habido algo que me ha
angustiado, desde que llegue al instituto hasta no hace mucho. Encajar en algún
lugar. Ser aceptada por un grupo de gente para mantener tu autoestima a flote y
tener una mayor sensación de seguridad, para que tus rarezas pasen
desapercibidas. Sin embargo, en ese
camino por encontrar mi sitio me he tropezado muchas veces, acusándome a mi
misma de ser la pieza que no encaja en ningún puzle. Una pieza demasiado rígida
quizás para adaptarse o para dejar que la moldeen.
Conforme iba creciendo me daba
cuenta de que cada puzle al que quería pertenecer era aun más superficial que
el anterior, más contrario a mi. Hasta comprender que ni siquiera la autentica
amistad residía en ellos; sus intereses comunes se basaban en guardar una
apariencia externa, una imagen impoluta que aumentara esa sensación de
seguridad o incluso de superioridad con respecto a los demás.
Analizándolos de cerca me hice
consciente de que todos tienen algo en común: la pieza base. Una pieza con
forma definida e inmutable a la cual intentarán adaptarse las demás, cambiando
sus propias formas para lograr encajar a la perfección. Esas piezas secundarias
son las que más me han llamado la atención siempre. Pierden completamente su
esencia y su personalidad para conseguir
formar parte del conjunto, pero ¿realmente merece la pena?
Todo este tiempo he creído que
si, “debes formar parte de algo para tener una buena imagen” “debes adaptarte
al resto”. Y sin darme cuenta era yo misma la que me ponía la piedra que me
impedía avanzar; aparentando algo que no eres no puedes encontrar a gente que
sea como tu, sencillamente es contradictorio.
Siempre me he dejado llevar por el
miedo al ¿qué dirán? Convirtiéndome en una persona más superficial que las que yo misma critico. Me
he reprochado en cada momento ser esa pieza demasiado diferente, por tener una
personalidad demasiado natural, unos principios demasiado definidos y unas
ideas demasiado claras. Hasta que hay algo que te hace abrir los ojos para
darte cuenta de que simplemente estabas buscando en la dirección equivocada.
He conocido a personas
maravillosas por caminos muy diferentes,
que cada día me aportan algo distinto y que se que conservaré toda la vida. Personas
independientes y autenticas. No tiene
sentido pretender cambiarse a uno mismo para pertenecer a una masa homogénea si
encima no tiene nada en común contigo.
Dicen que un leopardo no puede cambiar sus manchas. Yo creo que si lo intentase, no solo estaría siendo absurdo, sino que estaría renunciando a lo más bello de si mismo.
Como dijo Coco Channel, “para
ser irremplazable hay que ser diferente”