miércoles, 20 de febrero de 2013

Despierta.



Hace demasiado tiempo que no escribo, será que mi inspiración está hibernando o tal vez solo algo aturdida. Desde luego no sería nada extraño pensar que así lo fuera, en los tiempos que corren lo raro  es estar despejado. Yo por mi parte resisto a esta nube de desencanto e intento seguir fiel a mi espíritu idealista, pero la realidad me golpea quitándome las ganas de creer en algo mejor.
Mi receta para los males que acechan al país eran más viables en mi cabeza que en su hipotética implantación en la sociedad.

Desde que tengo uso de reflexión, que por otro lado no es desde hace mucho, defiendo que la base de la que debemos partir es la educación. La educación es para mi el pilar más fuerte en el que debe sustentarse una sociedad, entendiéndola como un conjunto que alberga mucho más territorio que el meramente académico. La educación no son las matriculas de honor, ni los modales, ni saber resolver problemas matemáticos. La educación es la formación de las conciencias, lo único que puede liberarnos y consolidar una sociedad unida.

Entiendo que es absolutamente necesario que se impartan clases sobre historia, filosofía, literatura, arte, biología… necesitamos saber qué somos y de dónde venimos, sin embargo considero que todo eso se queda corto si no integramos otros factores. La educación tiene la obligación de formar personas cualificadas, con un espíritu de crítica capaz de enfrentarse a la realidad y tomar sus propias decisiones, y por el contrario tengo la sensación de que  tan solo nos preparan para ser un eslabón más de la cadena productiva.

Sin embargo se me escapaba otro pilar absolutamente determinante: la comunicación.

Los medios de comunicación contribuyen a legitimar el efecto de alienación de una forma más que evidente, ya que estos no reflejan la realidad, sino que la construyen.

El sistema mediático español está doblemente privatizado por el poder político y el poder comercial, provocando un empobrecimiento del propio sistema y la decadencia de la función informativa.  Para comprender cómo funciona en la actualidad debemos citar en primer lugar  la innegable carga negativa que la dictadura ejerció en el periodismo nacional, así como la fractura ideológica que se dio durante la posguerra dando lugar a una acusada división de ideales  y a un paralelismo político que continua hasta hoy.




El fuerte papel de los partidos políticos favorece el paralelismo citado, además de originar un periodismo sumamente polarizado en el que cada medio se alinea con una ideología.
Esto se observa fácilmente en la prensa escrita, en la que encontramos diversos enfoques de una misma noticia dependiendo del diario en el que aparezca.

Apoyándome en un análisis que realiza Díaz Nosty sobre el sistema de medios español, que sintetiza en  El déficit democrático, puedo afirmar  que el poder de los propietarios de los medios los hace propietarios también de la libertad de expresión.

La posición de poder de los propietarios interviene directamente en los contenidos de los medios, rigiéndose por el criterio de rentabilidad económica y por tanto guiándose por el nivel de audiencia. En este sentido, los contenidos están dirigidos al entretenimiento, dejando a un lado el interés por la actualidad.



Como si de un movimiento en cadena se tratase, este hecho desencadena un fenómeno mayor. Al crear una sociedad desinformada se constituye una opinión pública más manipulable y vulnerable a los intereses políticos.  Y aunque nos quieran dar a entender que ocurre al azar, lo cierto es que responde a una estrategia planificada.

En un mundo en el que la información es la única baza con la que cuenta el pueblo, la potestad de gestionarla desde las altas esferas es crucial para el desarrollo de la nación.





En este marco educativo ¿cómo podemos creer en un avance social, si la sociedad está cada vez más sometida al propio sistema y las únicas armas con las que cuenta el pueblo se ven apagadas con gases lacrimógenos y pelotas de goma?



2 comentarios:

  1. con respecto a la primera parte estoy de acuerdo en qe la base deberia ser la educacion, pero al mismo tiempo, a esa definicion qe has dado para educacion yo la llamo respeto, respeto por ti y hacia los demas. Mientras existan deficiniciones distintas para las mismas cosas habra coflicto, ya qe hay personas qe no saben darse cuenta de qeson las mismas cosas lo qe estan pensando y asi, los infinitos distintos idiomas nos hacen pensar qe somos diferentes entre unos y otros. Con respecto al tema del poder, siempre ha habido personas con dotes de organizacion mayores qe la del resto, pero no creo qe sean los politicos, la imagen esta tan desvirtuada por culpa de la television qe hacen qe los veamos como a personas superiores cuando no es asi. Y qe la tele esta arruinando la sociedad es algo obvio. Me gusta leerte

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  2. Es interesante tu respuesta, pero al mismo tiempo debo decirte que discrepo contigo. Entiendo que haya distintas definiciones ante los mismos fenómenos porque ni las sociedades están expuestas al mismo entorno, ni los propios sujetos pueden tener una visión única de las cosas. Respecto al tema de los idiomas, aunque no se que relación guarda con mi texto, considero que es fundamental para amoldar nuestras mentes a conceptos distintos. Siguiendo con el hilo de tu mensaje, en cuanto al tema del poder, estoy de acuerdo en que hay personas con mayores dotes de organización que otras, el problema es cuando esas personas utilizan sus habilidades para sobreponerse al resto de la ciudadanía y someterla a una visión determinada de la realidad.
    Gracias por escribir, ha sido un placer responderte.

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